viernes, octubre 27, 2006
Productos Basura
Estoy arrepentido y lo tengo que confesar (tal vez sean los últimos restos de mi profunda educación judeocristiana). Decía que he de confesar: sí el pasado verano volví a pisar uno de esos locales que tiene una M gigante en la puerta y sirven olvidables comidas, bebidas y helados hipercalóricos a precios muy reducidos. Uno no va por propia voluntad pero es que a veces las circunstancias que te rodean te llevan a eso y yo, por si no lo sabéis, tengo tres poderosas y bellísimas circunstancias.
Una vez estoy dentro trato de buscarle alguna ventaja, ya que voy a sufrir un rato voy a tratar de hacer un esfuerzo para que me sea lo menos doloroso y pase rápido. Oye y eso sí que lo cumplen: son rapidísimos, entre que pides, pagas, comes y recoges no ha pasado ni media hora. Además son baratísimos, todo está muy limpio y te tratan con gran educación. ¿Por qué me quejo entonces? ¿Por qué estoy arrepentido? Sería muy largo de contar y a lo mejor entraríamos en planteamientos políticos que no es el lugar de mostrar, pero vamos a reducirlo a tres simples razones: la comida es auténtica basura, todo sabe igual, nada está en su punto porque tú eres uno más, no eres especial; todo está pensado para que vayas rápido y es barato porque joden a un montón de gente por el camino –a los proveedores, a los obedientes empleados y a ti mismo-.
Pero lo grave no es eso es que como es una multinacional de éxito con grandes beneficios pues hay que copiarle el modelo. Y aquí aterrizamos en la música. Hace pocas semanas ha empezado ese concurso televisivo en el que un montón de jóvenes quiere triunfar a través de una operación de cambio de personalidad.
De fuera todo son ventajas: éxito, audiencias, riqueza, etc. Pero aquí no hay pegas me dirá alguno. Pensemos: toda la música es igual, todos los cantantes son iguales; todo va rápido chaval, en 3 meses pasas de ser un mierda a vender 300.000 discos, pero en los 6 siguientes no te conoce ni el portero de tu casa y por el camino joden a mucha gente: juegan con la ilusión de unos jóvenes, te quitan tu personalidad, te explota la discográfica que te encasquetan y a ti que los ves por la tele se te pone mala leche y te baja el saldo del móvil con tanto sms. Coño, igual que los del establecimiento de comida.
Una vez estoy dentro trato de buscarle alguna ventaja, ya que voy a sufrir un rato voy a tratar de hacer un esfuerzo para que me sea lo menos doloroso y pase rápido. Oye y eso sí que lo cumplen: son rapidísimos, entre que pides, pagas, comes y recoges no ha pasado ni media hora. Además son baratísimos, todo está muy limpio y te tratan con gran educación. ¿Por qué me quejo entonces? ¿Por qué estoy arrepentido? Sería muy largo de contar y a lo mejor entraríamos en planteamientos políticos que no es el lugar de mostrar, pero vamos a reducirlo a tres simples razones: la comida es auténtica basura, todo sabe igual, nada está en su punto porque tú eres uno más, no eres especial; todo está pensado para que vayas rápido y es barato porque joden a un montón de gente por el camino –a los proveedores, a los obedientes empleados y a ti mismo-.
Pero lo grave no es eso es que como es una multinacional de éxito con grandes beneficios pues hay que copiarle el modelo. Y aquí aterrizamos en la música. Hace pocas semanas ha empezado ese concurso televisivo en el que un montón de jóvenes quiere triunfar a través de una operación de cambio de personalidad.
De fuera todo son ventajas: éxito, audiencias, riqueza, etc. Pero aquí no hay pegas me dirá alguno. Pensemos: toda la música es igual, todos los cantantes son iguales; todo va rápido chaval, en 3 meses pasas de ser un mierda a vender 300.000 discos, pero en los 6 siguientes no te conoce ni el portero de tu casa y por el camino joden a mucha gente: juegan con la ilusión de unos jóvenes, te quitan tu personalidad, te explota la discográfica que te encasquetan y a ti que los ves por la tele se te pone mala leche y te baja el saldo del móvil con tanto sms. Coño, igual que los del establecimiento de comida.
Edición número 25.
Arctic Monkeys - Mardy Bum
Drive-by Truckers - Daylight
Marah - Sooner or later
Graham Coxon - Standing on my own again
Gang of Four - I love a man in uniform
Josh Rouse - His Majesty rides
Islands - Rough Gem
Belle & Sebastian - We Are The Sleepyheads
Ninetynine - Black metal figure
Standard - On the floo
Big City - Ex Snowman
Le Pianc - Some make up
The Priscillas - Gonna rip up your photograph
Underwater Tea Party - The untold story about Mary y Nick
The Shake - Can’t fight your love
Austria - Fiesta
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