martes, agosto 12, 2008
La música calmará nuestros espíritus.
Así nos sometimos el pasado domingo a uno los conciertos más esperados. Los alemanes The Notwist congregaron a unas sesenta o setenta personas para pasar juntos el primer domingo de agosto.
Su último álbum lo había escuchado sumergido bajo un portátil, que es desde dónde suelo atacar las pistas normalmente, no analizandolos como me gustaría pero sí consiguiendo que generen pequeños impulsos a mis sentidos que por momentos se atrofian con estúpidas maneras de ilusionarme, que quedan reducidas gracias a la electrónica de estos alemanes con claros tintes electrónicos, post rock que tanto te permiten jugar al futuro con instrumentos actuales y otros no tanto.
Para demostrar la combinatoria de ellos, vimos desde un tablet poderoso maniobrable con dos mandos de una consola, que todavía no he podido probar llamada Wii, junto con varios amplificadores fender, ampeg y sendas guitarras telecaster que con la gran base rítmica y una noche veraniega permitan vibrar a más de uno, que es dónde suelo incluirme cada vez que escribo palabrejas de este tipo.
Coger el ritmo tras tres canciones permitió a esta gente que díficilmente regalaban sonrisas demostrar que tienen mucho que decir en el debate de la música del futuro, que tanto se hace esperar ante tiempos monótonos de revitalización de modas y bucles que parece van a ser infinitos, cómo los de Muchachada Nui, y que forman un nuevo nodo en ese árbol cargado de energía eléctrica abstracta lista para ser empaqueta y envíada.
Citar a Radiohead, Sigur Ros, Mogwai y otros tantos maestros en ámbitos parecidos al trabajo de esta gente tan eléctrica hace inevitable añadir nombres como el que tuvimos la oportunidad de ver el pasado domingo y que pocos conciertos como éste nos quedan por ver en el recinto de Expo Zaragoza, la que más interesantes espectáculos ha atraído hasta Aragón hasta la fecha, aunque la gente piense lo contrario.
Su último álbum lo había escuchado sumergido bajo un portátil, que es desde dónde suelo atacar las pistas normalmente, no analizandolos como me gustaría pero sí consiguiendo que generen pequeños impulsos a mis sentidos que por momentos se atrofian con estúpidas maneras de ilusionarme, que quedan reducidas gracias a la electrónica de estos alemanes con claros tintes electrónicos, post rock que tanto te permiten jugar al futuro con instrumentos actuales y otros no tanto.
Para demostrar la combinatoria de ellos, vimos desde un tablet poderoso maniobrable con dos mandos de una consola, que todavía no he podido probar llamada Wii, junto con varios amplificadores fender, ampeg y sendas guitarras telecaster que con la gran base rítmica y una noche veraniega permitan vibrar a más de uno, que es dónde suelo incluirme cada vez que escribo palabrejas de este tipo.
Coger el ritmo tras tres canciones permitió a esta gente que díficilmente regalaban sonrisas demostrar que tienen mucho que decir en el debate de la música del futuro, que tanto se hace esperar ante tiempos monótonos de revitalización de modas y bucles que parece van a ser infinitos, cómo los de Muchachada Nui, y que forman un nuevo nodo en ese árbol cargado de energía eléctrica abstracta lista para ser empaqueta y envíada.
Citar a Radiohead, Sigur Ros, Mogwai y otros tantos maestros en ámbitos parecidos al trabajo de esta gente tan eléctrica hace inevitable añadir nombres como el que tuvimos la oportunidad de ver el pasado domingo y que pocos conciertos como éste nos quedan por ver en el recinto de Expo Zaragoza, la que más interesantes espectáculos ha atraído hasta Aragón hasta la fecha, aunque la gente piense lo contrario.