miércoles, junio 27, 2007
Me gusta el olor a gasolina
Empezamos un número cincuenta y dos con mucha gasolina, con un depósito gigante dónde las ideas se almacenan día a día y un tubo de escape dispuesto a escupir una nube de inquietudes e ilusiones capaz de llenar Teruel de habitantes de todo el planeta.
¿Por qué? Porque así llenamos sesenta minutos cada semana de El Cuartelillo, pensando en cómo disfrutamos, como hemos llegado a esto y todo lo que nos queda por hacer juntos. Todas las ideas con los que conjugamos nuestros proyectos son sin precio alguno, sin gasto alguno en cuanto a tiempo, una carretera pisando a fondo sin obstáculos.
¿Por qué me pongo tan épico os preguntaréis? Simplemente quiero hacer llegar a nuestros oyentes que nuestra ilusión no se apaga tan fácilmente. Nuestra estación ya lleva dos meses casi lanzada y ya es internacional, tiene una pista de baile donde aproximadamente unas cincuenta personas pueden bailar, lo hemos probado y funciona ¿Verdad querido amigo? ¿Verdad que sí Fernando? Junto con Ana los reyes del test piloto para que todo esto se supere, se mejore y quien sabe quien a donde llegue. Nuestra cumbre es una retransmisión en directo de un evento singular y único.
¿Qué pasará después? Ni idea, lo que sé es que mi reencuentro con la música ha sido gracias en parte a nuestro querido amigo, con el que últimamente tengo el placer de sentarme aquí una noche por semana y pasar un buen rato grabándonos y escuchándonos el uno al otro como en general parte del mundo no suele hacer con la otra. Looking forward o digamos esperando llegue nuestro tercer micrófono que es el que echo de menos a bordo desde que empezo a prepararse para una dura prueba y que hará que El Cuartelillo abra por fin por las noches su chiringuito al completo y podamos saborear los porrones de cerveza con whisky.
Y sí, el otro día un viejo amigo me recordaba que ya hacía años que no decía aquello de… “La vida es una mierda y encima te mueres”
Por algo será.
Special Guest: Leonor!
ELECTRONIC. For you
Cuando dos genios se juntan, el resultado puede ser un desastre o una genialidad. Por suerte “For you” pertenece a esta ultima categoría. Johnny Marr y Bernard Sumner, es decir, The Smiths y New Order, unieron fuerzas para ofrecernos una mezcla que se saborea como un caramelo de emoción. Y el papel de celofán envuelve el prólogo de un verano que se derrite por las esquinas de las calles. Y nos encontraremos aquí y ahora para mirar de reojo a muchedumbres solitarias… Porque el mundo sigue girando y nosotros lo vemos pasar. Porque las reglas las ponemos a nuestro antojo y en nuestra órbita… Y las llaves de la cueva están dentro de esta canción, que por cierto, es para ti, sólo para ti.
¿Por qué? Porque así llenamos sesenta minutos cada semana de El Cuartelillo, pensando en cómo disfrutamos, como hemos llegado a esto y todo lo que nos queda por hacer juntos. Todas las ideas con los que conjugamos nuestros proyectos son sin precio alguno, sin gasto alguno en cuanto a tiempo, una carretera pisando a fondo sin obstáculos.
¿Por qué me pongo tan épico os preguntaréis? Simplemente quiero hacer llegar a nuestros oyentes que nuestra ilusión no se apaga tan fácilmente. Nuestra estación ya lleva dos meses casi lanzada y ya es internacional, tiene una pista de baile donde aproximadamente unas cincuenta personas pueden bailar, lo hemos probado y funciona ¿Verdad querido amigo? ¿Verdad que sí Fernando? Junto con Ana los reyes del test piloto para que todo esto se supere, se mejore y quien sabe quien a donde llegue. Nuestra cumbre es una retransmisión en directo de un evento singular y único.
¿Qué pasará después? Ni idea, lo que sé es que mi reencuentro con la música ha sido gracias en parte a nuestro querido amigo, con el que últimamente tengo el placer de sentarme aquí una noche por semana y pasar un buen rato grabándonos y escuchándonos el uno al otro como en general parte del mundo no suele hacer con la otra. Looking forward o digamos esperando llegue nuestro tercer micrófono que es el que echo de menos a bordo desde que empezo a prepararse para una dura prueba y que hará que El Cuartelillo abra por fin por las noches su chiringuito al completo y podamos saborear los porrones de cerveza con whisky.
Y sí, el otro día un viejo amigo me recordaba que ya hacía años que no decía aquello de… “La vida es una mierda y encima te mueres”
Por algo será.
Special Guest: Leonor!
ELECTRONIC. For you
Cuando dos genios se juntan, el resultado puede ser un desastre o una genialidad. Por suerte “For you” pertenece a esta ultima categoría. Johnny Marr y Bernard Sumner, es decir, The Smiths y New Order, unieron fuerzas para ofrecernos una mezcla que se saborea como un caramelo de emoción. Y el papel de celofán envuelve el prólogo de un verano que se derrite por las esquinas de las calles. Y nos encontraremos aquí y ahora para mirar de reojo a muchedumbres solitarias… Porque el mundo sigue girando y nosotros lo vemos pasar. Porque las reglas las ponemos a nuestro antojo y en nuestra órbita… Y las llaves de la cueva están dentro de esta canción, que por cierto, es para ti, sólo para ti.
AU REVOIR SIMONE: Dark Halls (The Bird Of Music)
GITHEAD: DROP (Art Pop)
RICKIE LEE JONES: Falling Up (The Sermón On Exposition Boulevard)
JOHN CALE: Woman (Live Circus)
THE CINEMATIC ORCHESTRA: Child Song (Ma Fleur)
ANDREW BIRD: Plasticities (Armchair Apocrypha)
BECK: Mixed Bizness (Cornelius Mix)
LOW: Breaker (Drums And Guns)
BUILT TO SPILL: Traces (You in reverse)
PLASTICINES: Alchimie (LP1)
miércoles, junio 20, 2007
Sonorama
No me considero un gran conocedor de culturas, tampoco saco tiempo para leer muchos libros, por lo que tampoco viajo a través de lo que ellos me muestran, y si a ello le añadimos que no he salido de la vieja Europa en veintisiete años… Al menos utilizo, como buen ser humano, mi vista, mi oído y mi imaginación. A través de ellos y mediante un medio de transporte perfecto, como es la música, he intentado conocer, viajar, pensar y disfrutar.
El pasado fin de semana me propuse viajar un poco al futuro y aparecí en un festival de música avanzada. Se llama Sónar y se celebra desde hace catorce ediciones en Barcelona. La propuesta de día se basa en el centro de la ciudad, entre el museo de arte contemporáneo y el centro de cultura contemporánea. La gente baila, disfruta del populismo, del arte que puede recoger directamente de los centros museísticos, la arquitectura que puede recorrer y llenar, del instante y todo como puede y como sabe hasta las diez de la noche. Mucha de ésta gente estaba interesada por la música pero parte estaba ahí ocupada en estar, permanecer, divertirse y dudo si sabía quien producía la música que se encargaba de hacerle moverse, los demás preocupados por moverse y disfrutar de cada momento a través de los diversos artistas.
De noche todo cambiaba, el recinto era semiabierto pero a las afueras para subir el volumen el triple, la protagonista era la música hasta las siete de la mañana aproximadamente del día siguiente. Los artistas variaban aun más si cabe, La Mala se quedaba sola, los Beastie enfadaban, Cornelius deslumbraban, Romantica erotizaban, Devo retornaban y los Djs pinchadiscos aplastaban, como una de las atracciones más rentables del festival.
En resumen, festivales como Sónar y Monegros ocupan un puesto relevante en la escena musical de nuestro país. El futuro ya está aquí, conjuntamente con los ordenadores, el arte multimedia, las nuevas modas. La variedad es amplia como para no poder llamarlo especializado, juega con artistas atractivos e incluye otras muy innovadoras. Como experiencia fue brutal pero volver no he de volver más, regreso al pasado. ¡Adiós!
Special Guest: Leonor!
EVERYTHING BUT THE GIRL. These early days
These early days, representa la faceta más pop de este curioso dúo que siempre ha navegado por los extremos, desde el jazz a la electrónica, pasando por el downtempo o la música de orquesta. Y la peculiar voz de Tracey Thorn sumerge las notas en un mar lejano pero con la sensación de que te la está cantando sólo para ti.
Recuerdos con el poso de un tiempo feliz, paseos por las playas del norte con abrigos negros y bufandas rojas. Café para ti, te para mí. Cigarrillo a medias. Y las olas vienen y van. Camarero distraído con aire de marinero jubilado y sillas de una madera tan vieja como el mar. Calcetines de colores y zapatos llenos de arena. Sonrisas aletargadas y nudos de manos encima de la mesa. El día y la noche se van a casar dentro de poco. Y las miradas vienen y van…
El pasado fin de semana me propuse viajar un poco al futuro y aparecí en un festival de música avanzada. Se llama Sónar y se celebra desde hace catorce ediciones en Barcelona. La propuesta de día se basa en el centro de la ciudad, entre el museo de arte contemporáneo y el centro de cultura contemporánea. La gente baila, disfruta del populismo, del arte que puede recoger directamente de los centros museísticos, la arquitectura que puede recorrer y llenar, del instante y todo como puede y como sabe hasta las diez de la noche. Mucha de ésta gente estaba interesada por la música pero parte estaba ahí ocupada en estar, permanecer, divertirse y dudo si sabía quien producía la música que se encargaba de hacerle moverse, los demás preocupados por moverse y disfrutar de cada momento a través de los diversos artistas.
De noche todo cambiaba, el recinto era semiabierto pero a las afueras para subir el volumen el triple, la protagonista era la música hasta las siete de la mañana aproximadamente del día siguiente. Los artistas variaban aun más si cabe, La Mala se quedaba sola, los Beastie enfadaban, Cornelius deslumbraban, Romantica erotizaban, Devo retornaban y los Djs pinchadiscos aplastaban, como una de las atracciones más rentables del festival.
En resumen, festivales como Sónar y Monegros ocupan un puesto relevante en la escena musical de nuestro país. El futuro ya está aquí, conjuntamente con los ordenadores, el arte multimedia, las nuevas modas. La variedad es amplia como para no poder llamarlo especializado, juega con artistas atractivos e incluye otras muy innovadoras. Como experiencia fue brutal pero volver no he de volver más, regreso al pasado. ¡Adiós!
Special Guest: Leonor!
EVERYTHING BUT THE GIRL. These early days
These early days, representa la faceta más pop de este curioso dúo que siempre ha navegado por los extremos, desde el jazz a la electrónica, pasando por el downtempo o la música de orquesta. Y la peculiar voz de Tracey Thorn sumerge las notas en un mar lejano pero con la sensación de que te la está cantando sólo para ti.
Recuerdos con el poso de un tiempo feliz, paseos por las playas del norte con abrigos negros y bufandas rojas. Café para ti, te para mí. Cigarrillo a medias. Y las olas vienen y van. Camarero distraído con aire de marinero jubilado y sillas de una madera tan vieja como el mar. Calcetines de colores y zapatos llenos de arena. Sonrisas aletargadas y nudos de manos encima de la mesa. El día y la noche se van a casar dentro de poco. Y las miradas vienen y van…
LAURA VEIRS: Don’t lose yourself (Saltbreakers)
CORNELIUS: Drop
GRUFF RHYS: Candylion (Candylion)
BRYAN FERRY: Knocking on heaven’s door (Dylanesque)
IKE & TINA TURNER: Looking good
!!!: Must be the moon (Myth takes)
BEASTIE BOYS: Sabotaje (Ill communication)
WHITE STRIPES: Rag & Bone (Icky Thump)
DEAN & BRITTA: You turned my head around (Back Numbers)
SUNDAY DRIVERS: She (Tiny Telephone)
THE APPLES IN STEREO: Energy (New Magnetic Wonder)
miércoles, junio 13, 2007
La gallina de los huevos de oro agoniza
Leo estos días en varios periódicos noticias sobre la cumbre del copyright que se celebró en Bruselas hace unos cuantos días. Básicamente se podía resumir este encuentro en que por primera vez se reunieron todas las partes implicadas para tratar de resolver la cuestión de los derechos de autor en el mundo digital.
El resultado final de la cumbre ha sido un desastre porque no se han puesto de acuerdo en casi nada. Dos días debatiendo y las posturas siguen encontradas, lo que ocurre es que no hay bandos porque esto es una guerra de todos contra todos. Una lucha con un solo objetivo: que no se acabe el modelo de negocio, es decir, cómo seguir viviendo unos cuantos de nosotros, los consumidores culturales.
A mí lo que verdaderamente me preocupa es que los artistas reciban lo que se merecen por su trabajo creativo. Y me parece que si en esta historia hay una parte más débil, yo creo que los grandes perjudicados son los artistas. Me cuentan que por cada disco que se vende reciben una cantidad muy pequeña, que es ridícula si el disco es promocionado en los medios de comunicación. Con lo cual no entiendo mucho el inmovilismo de muchos artistas famosos que se quejan del pirateo y no de su compañía discográfica. Compañías que se aprovechan de la red para saber qué grupos funcionan para firmarlos en sus sellos (ahí tienes el ejemplo de los Arctic Monkeys). Compañías que tampoco se ponen de acuerdo en si la música ha de tener o no DRM (protección anticopia) porque saben que lo suyo ya no es vender discos.
Creo que es el momento de quitarse la venda de los ojos y hablar claramente: la gallina de los huevos de oro en la industria musical está a punto de morir. ¿Por qué? Te voy a dar cinco o seis principios para que reflexiones y te contestes tú mismo/a:
No se pueden poner puertas al campo. La tecnología avanza más rápido que sus sistemas de represión.
Existe ya una “generación que ha crecido creyendo que todo lo que está en Internet es gratis”.
El mercado de la música será digital o no será. ¿Quién se acuerda de la cinta de casete?
A las grandes operadoras de telefonía o de servicios de Internet le importa un pimiento lo que hagas con su línea de ADSL, ellos sólo quieren que se la contrates.
El problema no es el sistema anticopia sino que cualquier archivo se pueda reproducir en cualquier aparato. No me puedo bajar una canción de iTunes y sólo me valga para mi ipod y cuatro aparatos más.
Cada vez hay más artistas que se apuntan al copyleft, es decir, quieren controlar su producto y decidir qué quieren compartir con los demás.
Ahora te toca a ti pensar. Si no estás de acuerdo ya sabes lo que tienes que hacer. Esperamos tus réplicas para mantener vivo el debate.
Special Guest: Leonor!!
NACHO VEGAS. Ocho y medio
Nunca nadie sonó tan triste y tan apasionado a la vez, tan cercano y tan extraño, tan sencillo y tan complicado. Con solo una guitarra y esa voz tan característica, Nacho Vegas eleva la canción de amor al cuadrado. La distancia que golpea, la añoranza de viejas sensaciones y el dolor de la separación serpentean a lo largo de la enorme plegaria que es “Ocho y medio”.
Y la pasión desgarradora juega con el cúmulo de errores cometidos. Y la simple cotidianeidad evoca momentos especiales. Y los surcos bien trazados dejan paso a tierras yermas y a revoluciones. Y dos y dos no son cuatro, ni siquiera ocho y medio. La herida es mucho más profunda.
“Seré muy breve, te quiero y eso duele”.
El resultado final de la cumbre ha sido un desastre porque no se han puesto de acuerdo en casi nada. Dos días debatiendo y las posturas siguen encontradas, lo que ocurre es que no hay bandos porque esto es una guerra de todos contra todos. Una lucha con un solo objetivo: que no se acabe el modelo de negocio, es decir, cómo seguir viviendo unos cuantos de nosotros, los consumidores culturales.
A mí lo que verdaderamente me preocupa es que los artistas reciban lo que se merecen por su trabajo creativo. Y me parece que si en esta historia hay una parte más débil, yo creo que los grandes perjudicados son los artistas. Me cuentan que por cada disco que se vende reciben una cantidad muy pequeña, que es ridícula si el disco es promocionado en los medios de comunicación. Con lo cual no entiendo mucho el inmovilismo de muchos artistas famosos que se quejan del pirateo y no de su compañía discográfica. Compañías que se aprovechan de la red para saber qué grupos funcionan para firmarlos en sus sellos (ahí tienes el ejemplo de los Arctic Monkeys). Compañías que tampoco se ponen de acuerdo en si la música ha de tener o no DRM (protección anticopia) porque saben que lo suyo ya no es vender discos.
Creo que es el momento de quitarse la venda de los ojos y hablar claramente: la gallina de los huevos de oro en la industria musical está a punto de morir. ¿Por qué? Te voy a dar cinco o seis principios para que reflexiones y te contestes tú mismo/a:
Ahora te toca a ti pensar. Si no estás de acuerdo ya sabes lo que tienes que hacer. Esperamos tus réplicas para mantener vivo el debate.
Special Guest: Leonor!!
NACHO VEGAS. Ocho y medio
Nunca nadie sonó tan triste y tan apasionado a la vez, tan cercano y tan extraño, tan sencillo y tan complicado. Con solo una guitarra y esa voz tan característica, Nacho Vegas eleva la canción de amor al cuadrado. La distancia que golpea, la añoranza de viejas sensaciones y el dolor de la separación serpentean a lo largo de la enorme plegaria que es “Ocho y medio”.
Y la pasión desgarradora juega con el cúmulo de errores cometidos. Y la simple cotidianeidad evoca momentos especiales. Y los surcos bien trazados dejan paso a tierras yermas y a revoluciones. Y dos y dos no son cuatro, ni siquiera ocho y medio. La herida es mucho más profunda.
“Seré muy breve, te quiero y eso duele”.
WE ARE BALBOA: Flavour (Space between bodies)
FUMESTONES: Balboa
PHANTOM KEYS: Velvet Illusion
PRIN’ LA LÁ: Naves que dan vueltas a un balón (Esto es Prin’ La Lá)
THE ROLLING STONES: Midnight Rambler (Let it Bleed)
JESSE MALIN: In the modern World (Glitter In The House)
KING KHAN & THE BBQ SHOW: Waddlin' around
CLINIC: Is you could read your mind (Visitations)
NEAL CASAL: Free to go
FALL OUT BOY: I’m like a lawyer trying to get you off (me & you) (Infinity on high)
LCD SOUNDSYSTEM: North American scum (Sound of silver)
miércoles, junio 06, 2007
No me gustan los grandes festivales
Lo confieso, nunca he ido a un gran festival de música de estos que se prodigan a partir de estas calurosas fechas. Sí, sí debo de ser de los pocos que no ha debido ir en su vida y como castigo espero vuestras aceradas críticas que me llevarán a la autoflagelación.
Y no he ido porque no me gustan. Intuyo otra vez mentes horrorizadas que ya están recogiendo leña para quemarme en la plaza por hereje.
Los más benévolos, tal vez, me disculparán por ignorante ya que, pensarán, si no ha ido nunca a un gran festival cómo puede saber que no le gustan. A estas alturas de la película ya todos somos muy mayorcitos y sabemos que este tipo de argumentos no es válido (nunca me he tirado de un décimo piso y sé perfectamente lo que me pasará si lo hago).
A mis críticos sí que les haré alguna concesión diciendo que, tal como está la industria musical, si no vas a este tipo de festivales (estoy hablando del Primavera Sound, del Summercase, del FIB, del Sónar…) es casi imposible oír en España a grupos internacionales de la talla de Wilco, Arcade Fire, Franz Ferdinad, Anthony and The Johnsons, etc.) y ahí prácticamente se acaba el punto fuerte porque lo demás son inconvenientes.
Y si no dime si es o no inconveniente estar en un espacio más bien reducido bajo un sol que cae a capazos, no es una incongruencia que pagues una entrada, más bien cara, y haya 4 ó 5 escenarios o más y que tengas que decidir qué quieres escuchar y qué te vas a perder, y ya no te digo si te tienes que desplazar cogiendo el metro, el bus o un taxi por dentro de una ciudad, como es el caso del Primavera Sound. Y qué me dices de la sensación de borrego, que si cola para entrar, para mear, para tomarte algo. Y si vas en plan boy scout con la tienda para acampar, ya no te digo nada porque te sale más a cuenta no dormir que “morir” (elige la que quieras) por los efluvios de tus colegas, por las altas temperaturas, por la suciedad, por otra vez las colas, por…
Parece que en la era del individualismo, del todo personalizado, de la tecnología, de que cuanto más pequeño y más funciones tenga mejor, los festivales navegan contracorriente. Tal vez, será que necesitamos estos baños de catarsis colectiva que, de vez en cuando, nos hagan sentir que pertenecemos todos a la misma tribu, al mismo rebaño. O es que mola decir a los colegas que he estado en tal o cual festival.
Como siempre, haced lo que queráis pero yo prefiero los festivales familiares, como el Easy o el Granuja, donde un grupo reducido de personas disfruta de los artistas y de su cercanía porque aman la música, única y exclusivamente.
Special Guest: Leonor:
CLUB 8: The friend I once had
Quiero saber quien cuidará de mí ahora… Maravilloso comienzo para una canción de luces y sombras. El dúo sueco Club 8, factura una de sus canciones más bonitas, pop en estado puro con una voz angelical.
Asomado a la ventana en un día gris, con ese olor a tormenta invadiéndolo todo, sus notas acarician todos los rincones de la habitación. Y la llamada que esperas nunca llega… Y los deseos se pierden entre el ruido de la lluvia y el sonido tintineante de una cafetera recién hecha. Cuanto pesa el recuerdo acumulado de los días veloces y de los momentos compartidos… Y cuando lo sientes más lejano y las lágrimas brotan sin querer, de repente aparece el presagio de una nueva primavera que tiñe de color el paisaje. Y sientes que el pasado te pertenece, sí, pero esperas nuevos horizontes con la ansiedad del que nunca conoció la soledad. Y sonríes en busca de una mirada cómplice en tu memoria… Y la encuentras.
Y no he ido porque no me gustan. Intuyo otra vez mentes horrorizadas que ya están recogiendo leña para quemarme en la plaza por hereje.
Los más benévolos, tal vez, me disculparán por ignorante ya que, pensarán, si no ha ido nunca a un gran festival cómo puede saber que no le gustan. A estas alturas de la película ya todos somos muy mayorcitos y sabemos que este tipo de argumentos no es válido (nunca me he tirado de un décimo piso y sé perfectamente lo que me pasará si lo hago).
A mis críticos sí que les haré alguna concesión diciendo que, tal como está la industria musical, si no vas a este tipo de festivales (estoy hablando del Primavera Sound, del Summercase, del FIB, del Sónar…) es casi imposible oír en España a grupos internacionales de la talla de Wilco, Arcade Fire, Franz Ferdinad, Anthony and The Johnsons, etc.) y ahí prácticamente se acaba el punto fuerte porque lo demás son inconvenientes.
Y si no dime si es o no inconveniente estar en un espacio más bien reducido bajo un sol que cae a capazos, no es una incongruencia que pagues una entrada, más bien cara, y haya 4 ó 5 escenarios o más y que tengas que decidir qué quieres escuchar y qué te vas a perder, y ya no te digo si te tienes que desplazar cogiendo el metro, el bus o un taxi por dentro de una ciudad, como es el caso del Primavera Sound. Y qué me dices de la sensación de borrego, que si cola para entrar, para mear, para tomarte algo. Y si vas en plan boy scout con la tienda para acampar, ya no te digo nada porque te sale más a cuenta no dormir que “morir” (elige la que quieras) por los efluvios de tus colegas, por las altas temperaturas, por la suciedad, por otra vez las colas, por…
Parece que en la era del individualismo, del todo personalizado, de la tecnología, de que cuanto más pequeño y más funciones tenga mejor, los festivales navegan contracorriente. Tal vez, será que necesitamos estos baños de catarsis colectiva que, de vez en cuando, nos hagan sentir que pertenecemos todos a la misma tribu, al mismo rebaño. O es que mola decir a los colegas que he estado en tal o cual festival.
Como siempre, haced lo que queráis pero yo prefiero los festivales familiares, como el Easy o el Granuja, donde un grupo reducido de personas disfruta de los artistas y de su cercanía porque aman la música, única y exclusivamente.
Special Guest: Leonor:
CLUB 8: The friend I once had
Quiero saber quien cuidará de mí ahora… Maravilloso comienzo para una canción de luces y sombras. El dúo sueco Club 8, factura una de sus canciones más bonitas, pop en estado puro con una voz angelical.
Asomado a la ventana en un día gris, con ese olor a tormenta invadiéndolo todo, sus notas acarician todos los rincones de la habitación. Y la llamada que esperas nunca llega… Y los deseos se pierden entre el ruido de la lluvia y el sonido tintineante de una cafetera recién hecha. Cuanto pesa el recuerdo acumulado de los días veloces y de los momentos compartidos… Y cuando lo sientes más lejano y las lágrimas brotan sin querer, de repente aparece el presagio de una nueva primavera que tiñe de color el paisaje. Y sientes que el pasado te pertenece, sí, pero esperas nuevos horizontes con la ansiedad del que nunca conoció la soledad. Y sonríes en busca de una mirada cómplice en tu memoria… Y la encuentras.
BJÖRK: Dull flame of desire (Volta)
TEENAGE FANCLUB: Your love is the place I come from (Songs From Northern Britain)
BRAKES: Hold me in the river (Beatific visions)
THE BREEDERS: Cannonball (Last Splash)
SMOG: Held (Knock Knock)
JAMES MORRISON: Under the influence (Undiscovered)
THEE CANARY SECT: Frank the engineer (Shake it, but don't break it)
THE LAMBRETTAS: Poison Ivy (Beat boys in the jet age)
THE HOLD STEADY: Massive night (Boys and girls in America)
LITTLE BARRIE: Bailing out (Stand your ground)
DAVY GRAHAM: Watermelon Man (Midnight Man)
JAMIE T: Calm down dearest (Panic prevention)